
Samadhi Zen 💎 5⭐
Diez años tiene que la conozco, era una linda chica paraguaya a veces difícil de entender por su acento 😂 y porque al escucharla me perdía en sus ojos y su sonrisa 🤷🏻♂️, de piel tersa y suave siempre muy cuidada en su arreglo y aseo personal, cabello café oscuro largo y en aquel entonces ondulado llegando más allá de su cintura diminuta por cierto más aún al compararla con esos glúteos redondos perfectos 🤗 que siempre fueron junto con sus piernas la zona que yo solía habitar la mayor parte de la hora en que me regalaba el mejor placer que una chica en sus veintes tiene para dar.
Desde entonces se construyó una amistad basada en la confianza y el cariño, poco a poco nos fuimos llevando mejor y eso hacia los encuentros cada vez más memorables. El sexo y la plática fluía con facilidad y sin restricciones, aunque yo siempre ponía esa especie de precaución y cuidado que se tiene cuando se está con una chica muy joven.
La reseñé varias veces, como siempre eran reseñas acompañadas de imágenes que me permitía tomar para subirlas y conservar su recuerdo, aunque la mayor huella la dejaba en mi memoria su alegría y confianza al compartir conmigo su cuerpo y su compañía.
Dejamos de vernos pues ella tomó otros rumbos y prácticamente le perdí la pista. Hasta hace poco tiempo que con alegría me enteré que estaba de vuelta en el juego.
Hizo base en Guadalajara cosa que la ponía bastante lejos de mi 🤷🏻♂️ pero al menos retomamos la amistad y yo la esperanza de volverla a ver y estar con ella. Lo que el martes pasado para mi fortuna por fin ocurrió.
Debo decir que después de la obvia alegria inicial minutos antes del encuentro empecé a sentir nervios de como la encontraría ahora 10 años son mucho tiempo para ambos.
Por fin llego el momento, le avisé media hora antes como habíamos quedado y ella llegó puntualísima, toco a la puerta y yo me acerqué a abrirle con una gran interrogante en mi mente y mi corazón al 100 ¿Qué nos esperaba ahora? ¿Seguiría siendo la belleza que era?