Al navegar por los diversos grupos dedicados a este deporte, entre los comentarios de los próceres de las artes amatorias, vi un video y fotos de Babi, me dio curiosidad y encontré el link de su perfil en dessires.

Le escribí para agendar una cita, me respondió que se encontraba de vacaciones pero en un par de semanas regresaría. Días después, me escribió para agendar nuestra cita y para tener certeza me pidió un depósito, lo realicé y pactamos nuestro encuentro.

En camino a su departamento me escribió, y me pidió, de ser posible, llevar un vino para degustar y relajarnos, ya era tarde y de emergencia pasé a comprar el vino; no pasó mucho tiempo cuando me mandó un audio preguntándome si quería un trío con ella y su hermana (Bia) incluso me envió un video de ambas. Me hubiera encantado, pero a Babi le tenía unas ganas tremendas, por lo que me decanté por estar con ella dos horas y rechazar el trío (ojalá tenga esa oportunidad de nuevo).

Una vez que llegué a su departamento me permitió ingresar, me recibió con lencería de color negro. En persona es muy delgada y de piel blanca, lejos de quejarme por imaginármela de una forma distinta de lo que había visto, era lo que quería y necesitaba, una brasileira petite.

Nos saludamos con un beso y de manera muy atenta me dio un vaso de agua, lo acepté, le entregué el vino y su regalo (acordamos dos horas $9,000) ella sacó dos copas y comenzamos a hablar en portugués, aunque ella habla un poco de español, acordamos hablar en su idioma.

De repente, Bia salió de una de las habitaciones. Babi me la presentó, una chica encantadora, era muy extraño que siendo sábado por la noche esa mujer no tuviera citas.

Después, pasamos a su cuarto, ambos brindamos e iniciamos los besos de lengua de manera muy lenta con un intercambio de sonrisas y tragos de vino, poco a poco mis manos acariciaban ese pequeño y delicioso cuerpo. En la cama, me despoje de la ropa pero Babi no permitió que me quitara la camisa, me dijo “me encanta como te ves, no te la quites”, de igual forma yo tampoco le quité la lencería, los besos se intensificaron, besé y lamí sus tetas.

Mi boca descendía por su vientre, hice su tanga de lado y comencé a comerme su vagina, estaba extremadamente mojada, ella no paraba de gemir y retorcerse de placer, minutos después sentí sus fluidos cálidos emanar, los cuales saboreaba, una sensación sumamente excitante, Babi me sujetó con fuerza de la camisa y me aproximó hacia ella para besarme de manera impetuosa.

Después me colocó el condón y me hizo oral, a pesar de ser de esa forma, ella se esforzaba, haciendo una buena labor, también daba atención a los gemelos, demostrando su gran desempeño al besarlos, lamerlos y succionarlos.

Empezamos con la posición de misionero, al estar dentro de ella, me dijo “es perfecta, qué delicia, es perfecta”, Babi gemía y por momentos ponía los ojos en blanco.